El día 19 de febrero de 2007 comienza mi cuarto intento de abandono del tabaco. Consigo pasar una semana sin muchos apuros hasta que el viernes por la noche, tras la ingesta de unos vasitos de vino y alguna que otra copa mientras juego a la PlayStation, caigo estrepitosamente en ese odioso abismo tabaqueril, otrohora maravilloso mundo de placer.
He leido el libro de Allen Carr (recientemente muerto por causas tabaquísticas) y he de reconocer que me ha ayudado un poco, quizá en la reafirmación de que inhalamos verdadera porquería con esos cilindros cancerígenos.
Tras fumarme un paquete entero esa noche, el fin de semana transcurre entre un ir y venir de pensamientos tabaquiles, pros, contras.... esa dicotomía: fumo o no fumo. El domingo por la noche decido fumarme el último (sin concienciarme de que era el último) y hasta hoy miercoles 28 de febrero, sigo sin fumar.
Continuaré escribiendo posts sobre esta mi cruzada anti-tabaqueril, como una especie de terapia alternativa o mejor dicho complementaria al famoso best seller de Allen Carr que he leido. Como si fuera mi diario: DIARIO DE UNA DESINTOXICACIÓN
De hecho, y para que engañarme, anhelo el sabor de ese jodido hierbajo, compañero de muchos momentos de placer a lo largo de toda mi vida ( o por lo menos esa ilusión me ha producido), testimonio de acontecimientos importantes de mi existencia, pacificador de mis iras mentales, ....
en fin, como todo en la vida, nada es eterno, y esta vez es la definitiva:
ROMPO IRREVOCABLEMENTE Y DE MANERA UNILATERAL MI NEXO DE UNIÓN CON ESE HIERBAJO QUE UN DÍA SE INTRODUJO EN MI VIDA Y QUE, NO POR TODO LO QUE ME DA, SINO POR TODO LO QUE ME QUITA, HA DE DESAPARECER DE LA MISMA MANERA QUE LLEGÓ A MÍ.
Seguirá....
